Parto de la premisa de que si se lleva a los bebés, durante su primer,
segundo o tercer año desde el nacimiento a una guardería es porque no hay
más remedio, es decir, la madre o el padre no tienen posibilidad de
permanecer junto a sus hij@s, o no hay abuelos "disponibles" que se puedan
hacer cargo de ell@s u otras razones. Lo digo, porque sino no tiene sentido
llevar, a esas edades, a un niño (y cuanto más pequeño con menos razón), a
la guardería. Puesto que es una necesidad, lo que hemos de intentar es
paliar en lo posible el impacto emocional que supone para el bebé esta
separación de su madre (más que de su padre por razones obvias). ¿Y porqué
es un impacto emocional para ell@s ir a la guradería? Los bebés y niños
tienen una percepción puramente emocional, de hecho es a partir de los 2
años -época preverbal- que inician ¡OJO, INICIAN!, su desarrollo de la
percepción racional, hasta los 12 / 14 años de edad, en que prevalecerá esta
percepción racional.
La percepción racional que prevalece en los adultos está basada en la razón,
la lógica, el contraste, el juicio y en el tiempo y espacio, y es
completamente opuesta a la percepción emocional que prevalece en los bebés y
niñ@s y está basada en los sentimientos, en lo que siento aquí y ahora (no
sabe de tiempo ni espacio), sin importar lo que sentí hace media hora o lo
que sentiré dentro de otra media hora.
Por lo tanto, tú ya le puedes explicar a un bebé o niño pequeño que tú te
has de ir a trabajar pero que él va a ir a un sitio muy chulo, con otros
niñ@s y juguetes. Cuando lo dejes en la guardería sus sentimientos serán de
total abandono, miedo o pánico. Porque él no sabe si lo dejas ahí, en ese
lugar desconocido y con otros niñ@s y adultos extraños, por una hora, un día
o no le irás a buscar nunca más.
Por eso es aconsejable, si es posible, acudir unos días antes de empezar la
guardería y diariamente, a pasar un rato allí, enseñándole el lugar,
conociendo a las encargadas de cuidarle, a otros niñ@s. Y al comenzar la
guardería estar también con ell@s un rato (no desaparecer de golpe) y
despedirse de ell@s (igualmente sin desaparecer de golpe). Es muy común oír
decir que lo mejor es dejarles y marcharse, que aunque lloren, ya se
acostumbrarán. Pero eso es no entender sus necesidades emocionales.
La otra cuestión es que hay que entender es que esta experiencia les genera
mucho sufrimiento, estrés y ansiedad, que se refleja en una alteración de su
comportamiento con un aumento muy significativo de su demanda afectiva.
Hemos de "escuchar" sus sentimientos, sus demandas, muchas veces expresadas
en llanto, cólera, exigencia de atención y satisfacerlas. El colecho y la
lactancia son dos grandes herramientas (ya sabéis, alimento afectivo).
Muchas madres comentan como incrementan la demanda de teta, incluso por las
noches.
Bueno, no me quiero alargar más y no dudéis en comentar sobre lo que no
veais claro o no estéis de acuerdo, con lo que he escrito. Gracias a foros
como éste todos podemos aprender mucho y es muy interesante intercambiar
experiencias propias y puntos de vista.
Un abrazo,
Enrique Blay
............................................
EXTRAIDO DE : Criar y amar
http://criaryamar.com/component/option,com_smf/Itemid,28/topic,1507.0
No hay comentarios:
Publicar un comentario